Muy pocas veces
tengo una planificación en mi mente, sobre un reportaje a realizar.
En este caso en particular, solo me puse andar y hacer fotografías,
sin expectativas a posibles logros (esto es normal en mis trabajos).
Siempre se me
presentan oportunidades de contar una historia y esta no fue una
excepción.
A este reportaje, le
he llamado “atardecer en Ibiza” y el título es adecuado, por las
características de las capturas. Hora azul, quietud, verano y una
exclusiva sensación de libertad fotográfica.
Tenía ante mi, la
oportunidad de hacer lo que quisiera, sin importarme si era adecuada
o no la técnica empleada. Como nunca utilizo un trípode (herencia
del cine francés de los años 60), siempre está la posibilidad de
cometer un error, pero no me preocupaba y aunque había poca luz
igual continué haciendo capturas. El resultado fue impactante y
extraño… algo así, como sumergirse en una sinfonía de sombras y
luces. Marcus Populus.