Mirador do Cabo do Mundo.








































 Mirador do Cabo do Mundo.

Era 1 de agosto y llovía en la Ribeira Sacra. De los 40 grados veraniegos de Madrid pasé a unos 13 grados. El aire puro y su frescor llenaban mis pulmones de energía renovadora. Galicia me invitaba a la desconexión y al descanso.

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